4 /5
Bewertung
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El Restaurante está un poco apartado del centro de Olot. El sitio es bastante acogedor y con una decoración algo rústica, pero sólo para dar un toque casero, por decirlo así. En general, buena decoración. Hemos pedido menú de fin de semana, que por cierto, era para compartir con mi acompañante. El menú estaba compuesto de una tabla de jamón ibérico y queso curado de buena calidad, con pan de coca untado con tomate, seguido de unas patatas bravas bastante peculiares, ya que venían con dos salsas, una roja algo picante, pero con un inconfundible sabor a pimiento choricero y la otra, una mayonesa con ajo. También había una ensaladilla algo básica, con patata, cebolla, atún y salsa mayonesa. Sin embargo, la calidad de los ingredientes, hacía que fuese bastante sabrosa y además, estaba acompañada de una pequeña ensalada de rucula, canónigos, tomates Cherry y huevo duro. También y para acabar los entrantes, unas croquetas de jamón. Aquí debería destacar a modo de crítica, que a parte de ser algo pequeñas, el rebozado se sentía como demasiado frito y opacaba algo el sabor del relleno, el cual era bastante cremoso y suave de sabor. Después pedimos, de tres opciones a escoger y compartir, repito, una en la que había pulpo a la gallega, muy sabroso con su buen pimentón y aceite de oliva y sal negra, que le daba un toque especial. El pulpo, perfectamente cocinado y muy tierno. A continuación y para acabar, unos calamares pequeños a la andaluza, bastante tiernos, con un enharinado ligero, aunque tal vez, algo salados para mi gusto. De postre, yo tome pastel de queso, bien, correcto, aunque un poquito más consistente de lo que me gusta y mi compañera pidió una crema de Limón, la cual estaba bastante buena, pero realmente de un tamaño algo escaso. Ya después, un cortado, bien de crema y a pagar. El precio me pareció ligeramente elevado, pero nada como para echarse las manos a la cabeza. Un apunte más, que es la falta de personal y esto hizo, que estuviéramos bastantes ratos esperando la comida.