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Bewertung
★
★
No puedo decir otra cosa. Hemos celebrado varios eventos familiares, algunos con mejor o peor fortuna, pero en este caso la decepción ha sido importante, porque aparte de la exagerada subida de los precios, la calidad y la calidad de la comida deja mucho que desear, y sinceramente, me da pena que se gestionen unos negocios de éxito de afluencia así. En nuestro menú, se salvaron las vieiras. El pescado, tenía unas espinas salvajes. El lechazo, que para mí siempre fue plato estrella, un fiasco al venir troceado en vez de la pierna clásica, y ya no digo el acompañamiento de ensalada de la huerta y pimientos del piquillo, típico de los años 70, con todos mis respetos para aquella época. Por si fuera poco, la tarta Luna industrial, es lo más insípido que he comido en años, y ponerle helado de vainilla de bloque, sin comentarios... En fin, lo mejor el vino El servicio de los camareros correcto, y la música posterior una pachanga también desfasada. Mucho ruido y pocas nueces, y no lo digo en sentido literal, porque habia tantas celebraciones a la vez, que era imposible mantener una conversación ni con el de al lado. Evolucionen un poco, por favor! La hostelería ahora mismo es otra cosa, y llevándolo gente joven, no entiendo el concepto de este lugar. Upsss!